Brote


... y mientras tanto, mientras el mundo se desmorona y las crisis financieras comienzan a llevarse puesto el diseño de vida de más de media humanidad, mientras Italia y España despiden a una generación entera y el nuevo mapa deja entrever la caída del imperio americano; mientras me preocupo por la salud de mis seres más cercanos y escucho con angustia la insostenible situación en los barrios vulnerables; mientras lleno mi heladera con la comida que todavía podemos comprar y optimizo hasta lo impensable los trapos con los que limpio por enésima vez mi casa; mientras todo eso pasa, el carozo de mi palta, quieto durante meses, se puso en marcha y comenzó a crecer.


Nació una nueva hoja, a la que en el encierro de mi locura le escucho decir que habrá una palta al final del camino. Y me repite - parece no le entendí bien - que no hay final de camino, que será hecho mientras tanto. "Se acabaron los pronósticos" me susurra al oído y me implora con mirada compradora pero imperativa que convierta su pequeño tallo en árbol. "Es que no sé cuándo", pienso contestándole. Me mira escéptica desde su vaso de plástico, se ríe con algo de ternura de mí. Sabe mucho más que yo de tiempos venideros. Yo por ahora me dedico a mirarla y a cambiarle el agua.




                                                                                            2020, comienzos de Abril.

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